Reflexión a tener en cuenta
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La adopción es una medida de protección de la infancia, las fundadoras de YAMUNA somos madres adoptivas de los países con los que trabajamos i, obviamente, la apoyamos y defendemos. Esto no quiere decir que sea la mejor opción para nuestros niños/as, para nada. Lo más óptimo para ellos sería quedarse en su país de origen, en su cultura, con sus raíces, con sus iguales, en condiciones dignas y de respeto. Los traemos a un mundo de blancos, racista, y la vida les irá mejor pero no les será fácil. Necesitarán vuestro soporte, protección y comprensión, mucho más que si fuesen hijos biológicos, muchísimo más. Los padres adoptivos tenemos una función reparadora que nos acompañará toda la vida. No es fácil estar suficientemente preparado.
También pensamos que hay que luchar para evitar los abandonos que se producen, para garantizar la supervivencia de los hijos y procurar que los menores susceptibles de adopción se limiten a casos de familias desestructuradas, malos tratos, huérfanos, embarazos no deseados o precoces. La pobreza no ha de ser una causa de adopción.
Cuando fundamos YAMUNA ya teníamos a nuestros hijos, creamos la ONG al mismo tiempo que la OAA, un proyecto no tiene nada que ver con el otro, se trabaja de forma totalmente separada, pero sentíamos que con cada niño/a que nos llevábamos aumentábamos una deuda invisible con el país que les vio nacer. Gran parte de su desgracia recae en la prepotencia de los países occidentales, que expolian todos sus recursos naturales y hasta la mayor riqueza que tienen, pero no pueden proteger, que son sus niños/as. Madagascar es muy estricto con sus procesos de adopción, hacen un esfuerzo muy grande para potenciar la adopción nacional, el número total de niños/as que anualmente salen en adopción internacional no llega a un centenar.
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Mediante la ONG, si sienta la necesidad, tendrá la oportunidad de participar en esta devolución. www.yamuna.org